jueves, 7 de enero de 2016

Drogas al alcance de los más jóvenes: el pegamento industrial.



     Hay una forma de drogarse muy barata; en concreto, es  la forma de drogarse más barata. Su consumo aumenta a gran velocidad entre los chiquillos, especialmente los que viven en la calle en lugares deprimidos, barrios marginales...

    Estas drogas se llaman  “Inhalantes”, y se refieren a los vapores de sustancias tóxicas que se inhalan para alcanzar un subidón rápido. Hay muchísimos productos caseros  de uso común que podrían consideranse como inhalantes, entre los más frecuentemente usados están la cola, la cola de carpintero, el betún de zapatos, pegamento, gasolina, gas para encendedores, pintura en spray, líquido corrector, líquido para limpiar, disolvente de laca u otros disolventes de pintura.

    Todos se comercializan libremente. Por poner un ejemplo,  el pegamento de tipo industrial, o de tipo Supergen,  para consumirlo, se suele poner en una bolsa plástica una cantidad de pegamento, y se inhala. Por los efectos perjudiciales de los vapores de dicho  pegamento industrial, ya no se usa en los centros de primaria para hacer manualidades ; o, en caso de usarse, con muchísimas precauciones y abriendo las ventanas.

    Los efectos son parecidos a los anestésicos ya que hacen más lentas las actividades del cuerpo. Primero, los chicos experimentan un subidón inicial; posteriormente, pérdida de inhibición, somnolencia, mareos, agitación… Puede llegar a producirse daños en el corazón, riñones, hígado, médula ósea… e incluso  lesiones mentales permanentes e irreversibles.

   Lógicamente ninguna legislación define como traficante al se encuentre en posesión de pegamento, lo que genera una gran dificultad para combatir este consumo, que suele producirse en menores.
     Cuidado, pues, chicos: hasta los elementos más inocentes se pueden convertir en poderosas drogas. 
       
        Un saludo.






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